miércoles, 28 de noviembre de 2007

LOS BARRANCOS DEL RIO ALMANCHARES



SENDERO: CANILLAS DE ACEITUNO - EL SALTILLO

Vista de Canillas de Aceituno al inicio de la vereda



La vereda al paso por "La colada grande"

Hoy he hecho una excursión que quiero compartir con vosotros, aunque como veréis más adelante es apta solo para caminantes “valientes”. Impresiona en todos los aspectos y es un deleite para los sentidos. Los amigos de las flores y plantas también pueden disfrutar mucho por la variedad de ejemplares que nos encontramos en un relativamente corto camino.

En total ida y vuelta son unos 7 Kms y se hace en un tiempo de 4 horas, si vamos con cuidado y disfrutando de todo lo que sale a nuestro paso. ¡Animo y a hacerla pronto!

Este sendero situado en la Sierra Tejeda, nos permite, con un trayecto de dificultad alta debido al estrecho camino y las voladeras, visualizar gran parte de la comarca, La Maroma y el espectacular barranco del río Almanchares, así como observar las tierras de cultivo que limitan con el Parque Natural.

Al fondo el pinar donde se encuentra la zona recreativa de "Las Rahije"
Recomendamos, como punto de partida de esta ruta, el núcleo de población y ascendemos por las empinadas calles del pueblo hasta llegar a la acequia de agua que nos guiará todo el recorrido.
Para que no haya pérdida conviene coger la escalera que sube hacia el camino de La Maroma, al llegar a los últimos huertos, a la derecha sale la acequia que los riega, junto a ella hay que andar. Continuamos entre bancales, de muros de piedra que sostienen pequeños huertos, árboles frutales y olivos.
Enebro o Ginebro (Juniperus oxycedrus) al borde del camino
Otra posibilidad de partida, es llegar por la carretera MA-126, en dirección Sedella hasta la zona recreativa La Rahije, ascender por una empinada y casi perdida vereda, de muy difícil acceso, hasta que llegamos a la acequia, donde a partir de aquí, el camino se hace llano pero con voladeras.

Una tercera posibilidad de acceso es salir del pueblo, también en dirección de Sedella y a la altura de la zona denominada Los Colorados (por el color rojizo que nos presenta la tierra), encontramos una pista, muy empinada, transitable a pie o con vehículos todo terreno, tenemos unos 1.200m, hasta que llegamos al sendero a la altura de el Cerro, donde encontramos las ruinas de una casa de campo y una fuente, y desde ahí continuamos el sendero. Esta zona está en proyecto adecuarla para que puedan tener acceso personas con discapacidades.
Esparto (Stipa tenacissima), hoy menos abundante

Vamos a seguir la primera opción presentada, que es la que yo he seguido y podemos comprobar que este camino discurre, en dirección Este, de forma paralela a la carretera, y nos permite una vista panorámica, difícilmente igualable. Vemos las tierras de la Axarquia, algunas poblaciones costeras, el mar de fondo y La Maroma, al Norte
Aliaga o aulaga (Ulex parviflora), en flor

Una de las diferencias de este trayecto, con respecto a otros, es que encontramos agua, prácticamente, a lo largo de todo el recorrido ya que como decía el camino va junto a la acequia que en muchos tramos es abierta y puede verse el agua correr. En las márgenes del camino podemos encontrarnos con pino pinaster (resinero) y nigra
(laricio), además de matorral de montaña, esparto, jaguarzos, tomillo, matagallos, aulagas, altabacas y algunos otros arbustos y matorrales (enebros, sabinas, cornicabra, madreselvas o zarzaparrilla)
La segunda cañada que encontramos, recibe el nombre de la cañada de la arena, en donde se cogía la arena muy fina, que se utilizaba para la limpieza de útiles de cobre (asperón).

A media hora de trayecto, aproximadamente, llegamos hasta El Albercón, que es una alberca grande, donde se recoge gran parte del agua que riega los campos de la población. Tomamos la vereda de la izquierda de difícil y rápido ascenso. Atención en este punto porque es fácil equivocarse. Hay que subir hacia el Norte hasta unos olivos, para alcanzar de nuevo la senda.


De nuevo la vereda se suaviza y a partir de aquí ya no encontraremos grandes diferencias de altitud en nuestro camino. Estamos en la zona del Cerro de Juan Zamora, cruzamos el barranco de La Mina y llegamos hasta los restos de la casa de campo y la fuente. Seguimos sin dejar la acequia del agua y llegamos a una caseta construida recientemente para la descalcificación.
En este momento nos encontramos en el mirador por encima de la zona recreativa la Rahije que está mirando hacia abajo; se ve junto a la carretera bajo un pequeño pinar con bancos y mesas, para comer.

Las rocas son escarpadas, de color gris o blanco, que generan por erosión restos arenosos. Los materiales pardos son del grupo de las pizarras.

En el centro de la imagen, la pequeña sombra sobre la roca es una cabra
Si no hacemos demasiado ruido, en este recorrido es frecuente que nos encontremos con cabras montesas. (Nosotros hemos visto una joven durante el paseo que pronto corrió para esconderse).

En la ladera un ejemplar de cornicabra con hojas otoñales
También podemos contemplar el vuelo de grandes águilas, buitres y aves de montaña como la collalba negra, el escribano montesino y el acentor alpino. También es abundante el jabalí, del que encontraremos marcas y huellas, fácilmente identificables. (Hemos encontrado excrementos de zorro en algunos puntos de la vereda).



Continuando el trayecto, el sendero se asoma hasta el barranco del río Almanchares o el Saltillo. Estamos en la colada chica, término con el que se le denomina en la zona.

Aquí las vistas son espectaculares por la profundidad de la garganta y las asombrosas paredes verticales, por encima de nosotros; la zona que se conoce como Los Chimeneones y el pico de la Maroma, arriba.
Sabina negra (Juniperus phenicea), cargada de frutos
El sendero queda limitado a la anchura de la acequia, el corte de la pared nos lleva a desniveles de más de 50m. Está protegido con una frágil baranda. Al llegar a este lugar hay que extremar la precaución. No es apta para personas con vértigo.
Tendremos que pasar la colada grande, de similares características y continuando, la senda se aproxima al cauce del río. Dada la frescura, que se mantiene aun en verano, podemos encontrar una vegetación singular para la sierra, como son las adelfas, helechos y juncos.

El caudal va a depender la cuantía de las lluvias caídas a lo largo del año y de la nieve, por lo que la baja temperatura del agua esta asegurada todo el año. Aquí tenemos unas pozas, de escasos metros de profundidad y aguas de color verde claro.
Desde este punto podemos iniciar el regreso por el mismo sendero, pudiendo llegar al pueblo por uno de los tres caminos propuestos.
También desde aquí se puede iniciar el descenso del barranco, siendo imprescindible obtener permiso de la Consejería de Medio Ambiente y la equipación adecuada.
Detalle de las agallas de una Cornicabra (Pistacia terebinthus)
Si queremos continuar la ascensión del río hasta su nacimiento en la fuente de la yedra, lo haremos por una pequeña senda, junto al río y que en ocasiones se confunde con él.
Este tramo es peligroso para personas poco entrenadas en la práctica del barranquismo.

Azud para toma de agua el el rio al final del paseo