sábado, 2 de febrero de 2008

EL BOSQUE DE MUNIELLOS

TRAS LAS HUELLAS DEL OSO IBÉRICO
Hoy quiero llevaros a un paraje especial donde estuve el año pasado y que representa el bosque asturiano mejor conservado. Es complicada su visita porque el número de personas está limitado a 20 diarias y se necesita permiso para acceder, pero con todo merece la pena la molestia porque al que le guste la naturaleza disfrutará paseando entre robles, hayas, avellanos…

Puede dosificar el paseo sin problema y llevarse la comida para tomarla junto al río, bajo los árboles o al sol, según las épocas.

En fin, animaros que ya veréis que no defrauda.

Como de costumbre os doy las claves para llegar y tramitar los permisos.




SITUACION GEOGRÁFICA. MORFOLOGÍA

La Reserva Natural Integral de Muniellos se localiza en el extremo suroccidental de Asturias, sobre los cordales que separan los concejos de Ibias y Cangas del Narcea. La actual Reserva incluye tres montes el de Valdebois, el de Muniellos y el de La Viliella, todos ellos declarados de Utilidad Pública. El primero se sitúa íntegramente en el Concejo de Ibias y los otros dos en el de Cangas del Narcea.

El acceso principal al área se realiza desde la Carretera Comarcal AS-211, que enlaza con la Carretera Regional AS-15 a la altura de Ventanueva y se dirige por el Puerto del Connio a San Antolín de Ibias. (Hay un indicativo a Muniellos)

A 3 km escasos de Ventanueva se sitúa la localidad de Moal, de donde parte un camino carretero, a la izquierda, que en poco más de cuatro kilómetros lleva a Tablizas, punto de entrada al Centro de Recepción del Bosque de Muniellos.

Si venimos de Cangas del Narcea se toma la carretera AS 15 hasta Ventanueva


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Como ya he dicho, el acceso a la Reserva es restringido y se limita a un número máximo de veinte visitantes diarios. La solicitud de visita debe hacerse ante la Consejería de Medio Ambiente, del gobierno del Principado

La dirección electrónica a donde puede hacerse toda la gestión de reserva “on line” es:


El camino a seguir dependerá de la situación ambiental de la reserva (estación del año, presencia de especies protegidas), de las condiciones atmosféricas del día y de las características del grupo.
En principio se realizará el itinerario de subida de Tablizas (600 m) por Fonculebrera a las lagunas (1600 m) en 3-4 horas; y bajada por sendero junto al arroyo La Candanosa. En cualquier caso se puede pasear por el Bosque, junto al río y después volver por el mismo lugar y es muy agradable y reconfortante y muy asequible para cualquier persona que le guste la naturaleza y quiera ver algo especial.



La velocidad de marcha debe ser moderada, compatible con la observación de los aspectos más relevantes de la Reserva.
Muniellos constituye un dominio geográfico aislado de su entorno por líneas de cumbres en torno a los 1.500 m.


El anfiteatro de Muniellos se organiza en tres valles principales el de La Candanosa o de las Lagunas, el de Las Gallegas o de Refuexo y el de La Zreizal o de Teixeirúa.
Los tres valles confluyen en el río Muniellos que, tras superar el angosto desfiladero de Tablizas, afluye al río Narcea.



A esos tres valles principales confluyen a la vez una multitud de regueros y arroyos (vallinas), tantos como días tiene el año, de acuerdo con un dicho popular.


El Monte de Valdebois se sitúa al noroeste del anterior e incluye la cabecera del río Aviouga, cauce que afluye al río Ibias muy cerca de la confluencia de éste con el Navia, que se produce ya en la provincia de Lugo.


Dicha cabecera no presenta una disposición tan cerrada como la del río Muniellos, abriéndose ampliamente al noroeste. Enclavada en el monte, se sitúa la pequeña aldea ibiense de Valdebois, con apenas doce habitantes.



Por último, el área de La Viliella se sitúa al sudeste de Muniellos e incluye las cabeceras de algunos de los arroyos que alimentan el río Ibias por su margen derecha.
Fuera de la Reserva pero casi sobre su límite se localiza la aldea de La Viliella (Cangas del Narcea), con una población residente de algo más de veinte personas.


LA FLORA
El Bosque de Muniellos es uno de los mejores y últimos representantes del bosque planocaducifolio, que antiguamente ocupaba amplias zonas de España.




El árbol dominante es el roble albar (Quercus petraea), aunque también abundan el roble rosado (especie autóctona en fase de investigación) y el rebollo (Quecus pyrenaica).



A partir de los 1.300 m el robledal es sustituido por abedulares (Betula pendula).



En los fondos de valle abundan avellanos, arces y fresnos. Mezcladas con los robles, en laderas y valles, existen pequeñas manchas de hayas que sólo en ocasiones forman rodales puros. Acebos, serbales, alisos, y tejos, completan las especies arbóreas de esta reserva.



En el sotobosque abundan arándanos, lúzulas, zarzas y gran número de helechos. Muniellos es rico en musgos, hepáticas y, especialmente, en líquenes, de los que probablemente existen más de 1.000 especies.

Además de los bosques descritos, Muniellos alberga singulares comunidades de turberas y áreas lacustres.

En la Reserva existen seis lagunas de origen glaciar: la de la Aveizuna, la de Penavelosa, y las cuatro que componen el grupo conocido como Las Lagunas: la Grande, la de La Isla, la Honda y la de La Peña. A ellas aparecen asociadas algunas comunidades vegetales acuáticas o anfibias y frecuentemente valiosas turberas de esfagnos o turberas planas.
Entre la flora protegida de Muniellos tienen especial relevancia el acebo (Ilex aquifolium) y el tejo (Taxus baccata), presentes en la mayor parte de los bosques de la región pero especialmente abundantes en algunos puntos de Muniellos, entre ellos las márgenes de la carretera del Puerto del Connio.


LA FAUNA

El alto grado de conservación de los montes de Muniellos lo convierten en un reducto de especial valor para la fauna, por estar presentes la mayor parte de las especies que pueblan la montaña cantábrica. La fauna vertebrada de Muniellos se compone actualmente de ciento sesenta especies entre las que destacan algunas que se han hecho extremadamente raras o se han extinguido en el resto del territorio.
Así ocurre con el oso pardo (Ursus arctos), el lobo (Canis lupus), el urogallo (Tetrao urogallus), el pico mediano (Dendrocopus medius) o el pico menor (Dendrocopus minor).




El pequeño tamaño de la Reserva de Muniellos hace que no se pueda considerar la presencia de una población de oso vinculada a ese territorio, pues el área de campeo de la especie excede los límites de la Reserva. Sin embargo, si se constata una presencia estable favorecida por las excepcionales condiciones de Muniellos como lugar de alimentación y refugio.
De lobo se constata la presencia habitual de dos o tres grupos familiares que predan mayoritariamente corzo y jabalí. La especie prefiere las áreas abiertas de matorral por encima del límite del bosque y especialmente, el monte más desarbolado de Valdebois.

El urogallo mantiene una población estable que utiliza cantaderos en los claros del robledal.



De entre los pícidos destacan por su rareza y bajo estado poblacional general los picos mediano y menor. El primero de ellos parecía mantener una importante población hace algunas decenas de años. Sin embargo, las últimas prospecciones no han arrojado resultados positivos.




De la gran fauna cinegética debe destacarse la presencia de jabalí (Sus scrofa), corzo (Capreolus capreolus) y rebeco (Rupicapra pyrenaica parva).




Los más abundantes son los que prefieren el medio forestal: jabalí y corzo. El rebeco ha sufrido una disminución notable en el occidente de la Cordillera Cantábrica en la primera mitad del siglo XX y en Muniellos actualmente se limita a una exigua población que probablemente no supere la media centena de ejemplares.



De las rapaces la más abundante es, sin duda, el ratonero común (Buteo buteo), pero no son raras otras de mayor interés por su estado poblacional más precario, caso del azor (Accipiter gentilis), el halcón abejero (Pernis apivorus), el gavilán (Accipiter nisus), el cernícalo (Falco tinnunculus), el aguilucho pálido (Circus cyaneus), etc.




El halcón peregrino (Falco peregrinus) y el águila real (Aquila chrysaetos) no llegan a nidificar en el ámbito de la Reserva y su presencia es sólo ocasional. Se tiene constancia de un intento baldío de nidificación de águila real en La Candanosa en el año 1992. Igual ocurre con las aves carroñeras: buitre leonado (Gyps fulvus) y alimoche (Neophron pernocterus), que sólo ocasionalmente sobrevuelan el área, extremadamente boscosa para sus necesidades de alimentación





¡¡¡¡ ESPERO QUE OS ANIME A VISITARLO!!!!