sábado, 21 de junio de 2008

MI VIAJE AL PIRINEO DE HUESCA (3)

Día segundo 6/6/2008

EL CASTILLO DE LOARRRE: Joya del arte románico, militar y religioso

Tras la visita de La Colegiata de Bolea y sin pérdida de tiempo reanudamos la marcha hacia el segundo gran objetivo de la jornada: el Castillo de Loarre. Corrimos para llegar a tiempo antes de que cerraran para comer, pero ya era tarde y tuvimos que dejarlo para la tarde, lo que trastornó algo nuestros planes, pues el camino era largo hasta nuestro destino del día: la Casa Campacruz en Puyarruego.


Como de costumbre hago una reseña hístórica del lugar que creo es interesante para los curiosos viajeros.


Situación.

Asentada en las faldas meridionales de la sierra de su mismo nombre, Loarre, es una pequeña villa altoaragonesa que responde a este topónimo desde tiempos relativamente recientes.

Pese a que hoy tanto la villa como el castillo se hallan dentro de una vía de comunicación sin solución de continuidad, no lo fue así en la antigüedad, toda vez que está bien documentada la existencia de una vía prerromana -luego, calzada romana- que enlazaba Caesaraugusta (Zaragoza) y las Galias, no por el curso del Gallego, como actualmente, sino precisamente por la ruta que hoy debe seguirse para llegar hasta los aledaños tanto de la villa como de la fortaleza. Por ello no debe extrañar que todo este contorno haya dado numerosos materiales arqueológicos prerromanos y, muy especialmente, romanos, incluidas algunas partes inferiores y más antiguas del propio castillo.


Historia

Será sin embargo en los primeros compases de la Reconquista cristiana de lo que hoy es Aragón, cuando comiencen a tenerse noticias bien documentadas de Loarre.

Se conoce, por ejemplo, que ya en los primeros años del siglo XI, tanto este castillo como el próximo de Marcuello, eran piezas esenciales en la línea defensiva de los cristianos del norte frente a las fortalezas musulmanas de Bolea y Ayerbe.
El que podríamos llamar castillo prerrománico, formado por el edificio real, la Capilla y el Torreón de la Reina (antigua torre defensiva), el patio de armas, las estancias militares y del servicio y la Torre del Homenaje (antigua torre albarrana), para funciones de observación y vigilancia, debió de construirse entre 1020 y 1035, bajo el reinado Sancho el Mayor de Navarra, continuandolo a su muerte su hijo Ramiro I.
Su sucesor, Sancho Ramírez, lo amplió en 1071, fundando al tiempo la iglesia de San Pedro y el monasterio, que puso bajo el gobierno de la Orden de San Agustín, para lo cual tuvo que adecuarlo a las necesidades monásticas de la Orden.
No es hasta 1287 cuando se termina lo que hoy conocemos construyendo el recinto amurallado.
Conforme la reconquista cristiana fue avanzando hacia el sur, el castillo fue perdiendo función e importancia estratégicas por lo que siglos después, en 1505, la parroquia fue trasladada al vecino burgo de San Esteban de la Huerta, núcleo de la actual villa de Loarre.
El actual Ayuntamiento comprende las vecinas entidades de Linas de Marcuello, Santa Engracia y Sarsamarcuello.

En toda la zona se conserva aún una variante dialectal del antiguo aragonés.

Por otra parte, el buen estado de conservación de la fortaleza, unido a su majestuosidad, hace que, con notable frecuencia, sea utilizada para el rodaje de exteriores de películas, cortos, reportajes, etc.



Existen dos vías de acceso a Loarre, ambas desde la carretera de Huesca a Pamplona. Una por Bolea y otra, la más utilizada, por Ayerbe (Se ve con más detalle en el capítulo dedicado a la Colegiata de Bolea)

Ambas confluyen en la villa de Loarre, nacida a la sombra del castillo y situada a 1 km de éste. La población mantiene bien cuidada la fuente pública construida en 1552, así como otros dos inmuebles casi coetáneos: la Casa del Concejo (1573) y la torrecampanario (de principios del sigloXVI). La iglesia parroquial data de las primeras décadas del siglo XVIII.

A 1 km hacia el norte se yergue, majestuosa e inconfundible, la silueta del castillo, protegido en buena parte por la propia naturaleza, y en otra, por lo que aún resta de sus dilatadas murallas exteriores abiertas al este y salpicadas de 9 torreones semicirculares.
En su interior, ocupando la parte más elevada del lugar, deben distinguirse -aunque formen un único conjunto- cuando menos dos partes diferenciadas.

De una, el castillo propiamente dicho y, de otra, el monasterio tal como hemos detallado anteriormente.


Del primero destacan sus fuertes y primitivos muros, la torre del homenaje, que era el último reducto del castillo, quedando aislado si se cortaba el puente que la unía al resto de la fortaleza. En la torre encontramos los dormitorios mas otro piso dedicado a las cocinas.



descendiendo por unas escaleras, llegamos a un lugar destinado como retrete de la época.


En la parte inferior se encuentran las dependencias donde se guardaban los alimentos



y la llamada torre de la Reina, dotada de tres ventanales con arcos semicirculares y capiteles en la columna del parteluz
y la pequeña iglesia de Santa María, también llamada Oratorio de la Reina. Es de planta rectangular y bóveda de cañon.
Uno de los muros laterales está adosado a la muralla del primitivo castillo, sobre un acantilado casi vertical. Tiene 5 ventanas, cuatro en el muro y la otra en el abside.

El segundo,que ocupa la parte más oriental del conjunto, fue añadido hacia 1071 y constituye una feliz síntesis entre el estilo mozárabe de la zona y el incipiente románico europeo
A él pertenecen además el resto de las dependencias monacales

La Iglesia Mayor dedicada a San Pedro es sencillamente impresionante, con su portada de arcos de medio punto y capiteles de singular factura, tanto en su interior como en su exterior.

lLa nave es trapezoidal de 22m de larga por 9 de ancha, dividida en dos tramos, separados por arcos portales y abside semicircular y cúpula de 26 m de altura con doble trompa única en su género




El ábside tiene trece arcos de medio punto, sostenidos por 14 columnas , cuyos capiteles tallados están unidos entre sí por una imposta ajedrezada

La entrada interior al Castillo y monasterio está decorada al exterior con un arco románico apoyado en columnas con capiteles tallados. Está coronada por los restos de un Pantocrátor (Cristo sentado), con los símbolos de los cuatro evangelistas. A los lados sendos ángeles alados. A la izquierda, cinco figuritas reopresentan la pesca milagrosa.

Bajo el ábside de la Iglesia de San Pedro se encuentra una cripta de forma semicircular. Se trataba de un lugar de culto y enterramiento en el que también se guardaban tesoros

Estaba dedicada a Santa Quiteria.


Aquí se guardaban las reliquias de San Demetrio, protector de los asaltos, ahora trasladadas a la iglesia de Loarre.
Desde la cripta como es habitual se accede al abside de la Iglesia de san Pedro por una estrecha escalera
Una de las dependencias más importante del Castillo lo constituye el Patio de Armas, que en nuestro caso es una de las partes más antigua de lo que podemos llamar el castillo prerrománico y en las que se pueden apreciar las dimensiones de la parte militar del castillo.
En él se encuentra el ventanal de la Reina un magnífico observatorio para la vigilancia del mismo.
Por último decir que el castillo disponía de tres aljibes que recogían el agua de los tejados. Allí quedaba almacenada de forma que permitían soportar largos asedios.


También hay a la izquierda de la entrada principal , en la muralla una pequeña abertura que sirvió de entrada al canal que traía agua de la sierra por medio de un acueducto.


Terminamos la visita y seguimos viaje hasta nuestra casa de Campacruz donde dormimos este día, algo fatigados.