miércoles, 24 de diciembre de 2008

CAMINO DE SANTIAGO. Etapa: Sarria-Portomarín

Por Tierras del Miño.
Desde Sarria alcanzamos Portomarín tras recorrer unos 20 Kms.
Dejamos Sarria por la zona monumental es decir por su parte alta, para ello hemos de subir la escalinata, si nos encontramos abajo junto al río Ouribio, (que aquí le llaman Sarria)

y en cualquier caso seguir por la calle Mayor.



Al final de la misma pasaremos junto a la iglesia del Salvador, los restos del Castillo y el Convento de la Magdalena, de los que ya os hablé en la anterior etapa.
Junto al cementerio baja una calle que nos lleva directa a un camino que sale hacia la derecha y se dirige hasta el río que unos llaman Pequeño y otros Celeiro.

Lo cruzamos por el puente medieval de A Áspera. Después continuamos por un camino próximo al río hasta cruzar la vía del tren.


Tras atravesar un arroyo por un puente de madera, ascendemos por una fuerte, aunque no muy larga, pendiente rodeados de un espeso bosque en donde podemos ver algún grueso castaño centenario.



Al llegar a lo alto el camino se vuelve más llano y ya podemos ver Barbadelo al fondo, donde destaca su bella iglesia de Santiago



Continuamos por la carretera y nos ponemos en Barbadelo, donde tenemos un albergue de peregrinos.
Declarada monumento nacional, la iglesia de Santiago de Barbadelo es de estilo románico.


Al parecer formaba parte de un monasterio que ya existía en el siglo XI pero del que apenas queda nada aparte de la iglesia. Quizá alguna de las casa próximas pertenecía al antiguo monasterio.

El templo cuenta con una nave y una torre. Destacan las figuras que decoran los cuatro capiteles sustentados por columnas y las del tímpano de la puerta principal.

En los alrededores también hubo un hospital de peregrinos. Al lado del albergue de Barbadelo tenemos un puesto para tomar algo en una caravana y, al final de la carretera que sube por la derecha del albergue está la casa de Carmen, donde sirven comidas.


Continuamos entre prados donde podemos ver pastando a las vacas de raza rubia gallega y frisona, fuente de ingreso de la mayoría de las familias que viven en los pequeños pueblos que atravesamos. También dejamos atrás cultivos de trigo, maíz y pequeños huertos, así como bosquecillos de robles y castaños.

De esta manera vamos dejando atrás pequeñas aldeas: Rente, Mercado da Serra, Mouzós..., donde podremos ver hórreos, utilizados tradicionalmente para almacenar mazorcas de maíz.
Cerca de Peruscallo está la iglesia románica de Santa María de Velante.

Tras dejar atrás la aldea de Brea, después cruzar varios arroyos frecuentes en estos lugares, dejamos ya el concello de Sarria para adentrarnos en tierras de Paradela. Poco a poco irán irrumpiendo en el paisaje zonas de montebajo formado por tojos y brezos acompañados de retamas blancas, ruscos y madroños entre otros.

Pasamos Morgade y nos ponemos en Ferreiros, donde tenemos un albergue de peregrinos. Cruzamos otro arroyo y llegamos a Mirallós, donde podemos ver la iglesia románica de Santa María de Ferreiros.


Este espacio natural que estamos atravesando comprende el tramo final del río Loyo antes de desembocar en el Miño.
En él podemos encontrar bosques de robles, de ribera, matorral, viñedos, praderas..., con especies como robles (Quercus robur y Q. Pyernaica), alisos, arces, sauces, madroños, laureles, etc.

En los roquedos podemos ver especies de aves como el avión roquero o el cernícalo; en la ribera al martín pescador, lavanderas y el común mirlo acuático. Entre los mamíferos destacan la nutria, el armiño, además de otros de gran porte como el corzo o el jabalí.

Camino hacia Portomarín continuamos atravesando aldeas relativamente próximas entre si: Pena, Rozas, Moimento... Aparecen bosquecillos de pino insigne (Pinus radiata).

Luego vendrán Mercadoiro, Moutras, Parrocha y Vilachá. Cerca de aquí se encuentra el espacio natural del Cañón del río Loyo y también las ruinas del monasterio de Santa María de Loyo, lugar donde nació y se escribieron los estatutos de la orden de Caballería de Santiago a finales del siglo XII.


Desde Vilachá ya contemplamos
Portomarín, pocos km. nos separan, y finalizamos la etapa atravesando el Miño por el moderno puente. Del antiguo puente romano (no es el que se ve a los pies de éste cuando el embalse va bajo) sólo pueden verse las ruinas cuando el Miño viene escaso de agua.

Hay que decir que se puede seguir andando sin entrar en Portomarín hacia Gonzar, aunque merece la pena subir y hacer un alto en su pequeño pero atractivo núcleo urbano. Ello requiere hacer una corta pero empinada subida, que tal como están ya las piernas resulta algo duro.

En nuestro caso hemos de subir ya que hacemos noche y saldremos mañana hacia Palas de Rei, nuestra siguiente etapa.

Basta una primera mirada para comprobar que Portomarín es una localidad diferente a las demás. El pueblo original, formado por dos barrios. San Nicolás y San Pedro, a ambas orillas del Miño, se deshace bajo las aguas del pantano de Belezar;


lo que ahora ve el peregrino se construyó en 1960 para reacondicionar a sus moradores. Portomarin fue un importante lugar de paso en el medievo.
Tuvo hospital y un sólido puente sobre el Miño, destruido por doña Urraca en su intento por frenar el avance de las tropas de su marido. Alfonso el Batallador, v vuelto a levantar en 1120. Pero no todo quedó sumergido bajo las aguas del Mino.

La grandiosa iglesia fortaleza de San Nicolás, erigida por los monjes-caballeros de la Orden de San Juan de Jerusalén en el siglo XII se desmontó piedra a piedra (aún puede verse la numeración en el lateral izquierdo) para ser reedificada en la plaza central del nuevo asentamiento

junto con la balconada del antiguo Ayuntamiento y la fachada románica de la iglesia de San Pedro, instalada ahora en un extremo del pueblo.


Su bella factura, transición entre el románico y el gótico, luce un rosetón en la fachada principal, techo almenado v un interior sobrio y grandioso.

Alojamientos.
En todos los puntos de destino hay albergues generalmente muy bien preparados. Yo quiero hacer mención de otro tipo de alojamientos para los que como yo no se sientan con ganas o fuerzas para vivir el albergue.

En Portomarín os recomiendo:
Hotel Villajardín. Rua do Miño, 14. Tfno. 982545252

Otros:
Posada del Peregrino y la Casa Rural Santa Mariña. Tfno.

Para comer sin duda el Mesón Rodriguez. Tfno 982545054