A Belén pastores, a Belén chiquitos.
Hoy el viaje que os voy a contar no lo he hecho, ni nunca lo voy a hacer, pero confieso que siempre me hubiera gustado poderlo realizar, sobretodo de niño.
Pero la fantasía no tiene límites, así que os lo voy a contar como si lo hubiera hecho.
Fue hace mucho tiempo. Nos dijeron que en Palestina había ocurrido. Al parecer un ángel se ha aparecido y ha anunciado que un niño va a nacer y que ese niño, es el Mesías que la humanidad lleva esperando muchos años.
Pensamos ir a verlo, porque la cosa merecía la pena. Nos pusimos en camino, con un par de burros y un mulo para el equipaje. Creíamos que el viaje iba a ser muy pesado pero se nos pasó volando, charloteando con las gentes que encontrábamos en el camino, porque igual que nosotros mucha gente tenía curiosidad por saber del asunto y se nos unió en el viaje.
Hacia Belén va una burra, ring ring, yo me remendaba, yo me remendé, yo me eché un remiendo, yo me lo quité, cargada de chocolate. Lleva su chocolatera…..
Al llegar nos enteramos que María estaba casada y que su marido es un buen hombre: José, de la familia de los de David. Es un poco mayor para ella, pero muy trabajador y se gana bien la vida con la carpintería.
María, María, ven acá corriendo que el chocolatillo se lo están comiendo. María, María, ven acá volando que el chocolatillo se lo están llevando
Resulta que por allí andan los romanos haciendo de las suyas y al parecer quieren actualizar el padrón. Cesar Augusto ha dado orden de que todos vayan a empadronarse, cada cual a la ciudad de su estirpe. Así como José era de la familia de David, tuvieron que ir a Belén, pueblo de Judea.
Y allí nos fuimos con ellos.
Como digo, María estaba ya muy avanzada en su embarazo y era problemático ponerse en viaje, pero la orden era para todos y había que cumplirla. Así que allí se fueron y como era de temer se puso de parto.
Esta noche es Nochebuena y mañana Navidad, saca la bota María que me voy a emborrachar.
José empezó a buscar un sitio para que diera a luz cómodamente, pero el pueblo estaba lleno de tanta gente que era imposible encontrar nada. Al final la cosa se precipitó y en el establo de un pariente allí dio a luz a un hermoso niño, pero gracias a Dios todo fue muy bien y tanto el niño como la madre están en perfecto estado.
¡Ay! del chiquirritin, chiquirriquitin, metidito entre pajas, ¡ay! del chiquirritin, chiquirriquitin, queridi, queridito del alma
Como es natural se corrió la voz y todo el mundo quiere ir a ver al niño y le llevan regalos de todo tipo, miel, corderillos, conejos, leche de las cabras, en fin que María no sabe donde va a poner tanta cosa.
No he dicho que un ángel de Dios se ha encargado de ir anunciándolo a los pastores y todos quieren venir al portal a adorarlo. Así que aquello era un jubileo. Menos mal que el niño es buenísimo y no llora nunca. Al contrario está encantado porque todo el que llega le dice algo y se ríe muchísimo.
A Belén pastores, a Belén chiquitos que ha nacido el rey de los angelitos….
Por otro lado los pastores han hecho con el pellejo de las cabras y una maceta sin culo un artilugio, ellos le llaman zambomba y aquello hace un ruido terrible y con eso se acompañan para cantarle al niño. Al principio se asustaba pero ahora está encantado hasta el punto de que cuando se callan empieza a pujar y otra vez con el sonsonete y zambombazo va y zambombazo viene.
Otros le han puesto el pellejo a un bastidor de bordar y también lo golpean, le llaman pandero.
Con las botellas de aguardiente y un palo también hacen ruido.
Las chapas de los tapones de las botellas las aplastan y con un clavo le hacen un agujero y las van clavando en una madera y se han preparado lo que llaman una sonaja y aquello es un no parar.
Dale a la zambomba, dale al almirez y dale al pandero que suene muy bien
¿Qué como lo llevan los padres? Pues si te soy sincero José lo lleva regular porque aunque ya por la edad está un poco durillo de oído, sin embargo arman tanto follón que de vez en cuando los manda callar y que se den una vueltecita porque le ponen la cabeza como un bombo.
María lo lleva mejor, pensad que ella es una chiquilla y además le encanta que venga a ver al niño y le digan cosas: que si hay que ver lo guapo que es, que si está muy espabilado o que si tiene toda la cara de la madre.
José va a salir porque les quiere reñir, cien cien cien angelitos van a Belen
Claro que a quien se va a parecer sino a la madre, porque no os he dicho hasta ahora que el niño no es de José. Según parece Dios le avisó a María que quería que ella fuese la madre de su Hijo. Que su Espirito Santo la haría concebir un niño. Ella se escandalizó y le dijo al ángel que cómo iba a decírselo a José. El ángel la tranquilizó y le dijo que no se preocupara que hablaría con él y le explicaría. Maria ya más tranquila le dijo que muy bien que estaba dispuesta a hacer lo que Dios quisiera y así fue como se quedó embarazada.
San José tenia celos del preñao de María y cuando el niño ha nacido la baba se le caía. Ande, ande, ande la marimorena, ande, ande, ande que es la Nochebuena
En aquellos días hacía frío y con las prisas María se dejó el atillo en Nazaret y se encontró sin nada que ponerle al niño, pero por suerte las vecinas le llevaron unos pañales y algo de ropa.
También para que se entonaran otras vecinas llevaron un caldito calentito para los padres.
Además por allí hay una mula y un buey que les dan calorcito, aunque como no paran de entrar y salir se les va todo el calor afuera.
Entre un buey y una mula Dios ha nacido y en un pobre pesebre lo han recogido.
Por su parte y para que el niño no ande por el suelo lo han puesto de momento en uno de los pesebres con unas pajitas para que esté cómodo. San José como buen carpintero ha comprado unas maderas, a un amigo que también tiene carpintería y ya le está preparando una cunita que yo creo que en cuanto la encole va a quedar muy bien.
San José era carpintero y le hizo con cariño a la Virgen un costurero y una cuna para el Niño.
Nosotros ya llevábamos allí varios días y ya teníamos que pensar en venirnos.
Así que nos despedimos de todos y nos pusimos en camino para volver a casa.
Así que nos despedimos de todos y nos pusimos en camino para volver a casa.
Por otros que se quedaron más tiempo, hemos sabido que después de venir nosotros llegaron, en camellos y con muchos criados unos señores que decían que eran los Reyes Magos y se llamaban Melchor, Gaspar y Baltasar.
Ya vienen los Reyes por el arenal, ya le traen al niño una torre real. Pampanitos verdes, hojas de limón, la Virgen María madre del Señor
Venían de Oriente y llegaron a Jerusalén preguntando por el rey de los judíos. Herodes, que entonces era el rey, se alarmó y los mandó llamar. Ellos le contaron que habían tenido una revelación, que una estrella los guiaría hasta el lugar y querían venir a adorarlo. Herodes, de forma sibilina y con no muy buenas intenciones les dijo que cuando lo encontraran le avisaran porque también él quería ir a adorarlo.
Siguieron a la estrella que los llevó hasta el portal y allí le dieron al niño unos regalos: oro, incienso y mirra.
Cuando volvían a sus países y como no se fiaban de Herodes, tiraron por otro sitio, para no tener que decirle donde estaba el niño.
Herodes cogió un buen rebote cuando vio que los Magos no volvían. Decidió que una forma de garantizar que el niño no reinase era matando a todos los niños pequeños y así dio orden de matar a todos los menores de 2 años.
Un ángel avisó a José y María de lo que pasaba y rápidamente se pusieron en camino y huyeron hacía Egipto, donde estuvieron hasta que se murió Herodes.
Volvieron, pero para evitar problemas, en lugar de ir a vivir a Belén, se instalaron en Nazaret.