sábado, 27 de diciembre de 2008

CAMINO DE SANTIAGO. Etapa: Portomarín-Palas de Rei

La comarca ganadera de Ulloa



Esta etapa es de una longitud de 25 Kms. con una dificultad media.


Abandonamos nuestro Hotel Villajardín de Portomarín, temprano, de amanecida y pasamos de nuevo por delante de San Nicolás.
y salimos bajando por la Calle Mayor.

Una vez abajo y entre dos luces buscamos la pasarela que cruza el brazo del pantano, que corresponde al arroyo de Torre.
Pronto ascendemos por el bosque de robles y castaños del Monte de San Antonio, que quizá deba su nombre a la existencia de un hospital de los Antonianos, si bien no existe vestigio de ningún tipo.

También encontraremos prados y viñedos, abundantes por estos lugares.

A la altura de la fábrica de cerámica cruzaremos la carretera y descenderemos hacia Toixibó y Gonzar.

Aparecen en el paisaje bosques de repoblación de pino marítimo (Pinus pinaster) y pino albar (Pinus silvestris), así como prados y cultivos.

Luego viene Castromaior, donde podemos ver la iglesia románica de Santa María. La población recibe su nombre de un castro cercano.

Más tarde pasaremos por Hospital de la Cruz, que obviamente recibe el nombre de la existencia de un hospital de peregrinos en tiempos, el cual contaba con la capilla de San Esteban a su lado, pero hoy ya no queda nada.

Tras cruzar la N-540 nos ponemos enseguida en Ventas de Narón, donde tenemos albergue de peregrinos.
A la salida del pueblo podemos ver la capilla de la Magdalena.

Tras dejar Ventas de Narón comenzamos el ascenso por la Sierra de Ligonde, dominada principalmente por tojales y brezales, aunque también encontraremos alguna repoblación de pino insigne (Pinus radiata), hasta llegar al alto del mismo nombre (756 m de altitud)

Ya descendiendo entramos en el municipio de Monterroso y pasamos por los pueblos de Prebisa y después Lameiros, donde vemos la capilla de San Lázaro.
Cerca de Ligonde y en una curva a la izquierda del asfalto se elva junto a un vetusto roble, con el que debe compartir cumpleaños el cruceiro de Lameiros, uno de los más interesantes y antiguo de toda la ruta.
Los cuatro lados de la base hacen referencia al calvario o la muerte (martillos, clavos, espinas y calaveras) mientras que en la cruz asómbra el relieve de la maternidad o la vida.
Está fechado en 1670.

En Ligonde hubo un hospital que acogió a peregrinos ilustres, como Carlos V y Felipe II.
Podemos ver aquí la iglesia de Santiago, de estilo neoclásico, excepto la portada románica.
Ascendemos ahora por asfalto hasta Eirexe, donde tenemos otra pequeña iglesia románica que conserva un relieve desgastado en el zócalo exterior con una figura humana que aparta a un león y a un ave.
Ya en el interior, destaca el arco sobre el altar.

Entramos por fin en el municipio de Palas de Rey. El primer pueblo que encontramos es Portos. Cerca de aquí, tenemos un desvío para ir a Vilar de Donas, (debo decir que nunca me he desviado por miedo a alargar demasiado la etapa) fuera del trazado del camino, pero muy interesante por su iglesia del salvador, románica y Monumento Histórico-Artístico.

Después de Portos viene Lestedo, con su iglesia de Santiago y después Vales, por un bonito paisaje que alterna prados, cultivos de cereales y bosques caducifolios.

Por aquí había una fuente conocida como Fonte do remollón (Fuente del Remojón), por la costumbre de los peregrinos de bañarse en ella.

Dejaremos atrás Brea y Lamelas y las plantaciones de eucalipto (Eucaliptus delegatensis) que serán muy frecuentes en el resto del camino.

Luego vendrá Rosario, atravesaremos un bonito robledal y enseguida nos pondremos en
Palas de Rei
entre pinares y eucaliptos (Eucaliptus globosus).

Palas de R
ei se cita en el Liber Santi Jacobi como final de la penultima etapa del camino. El origen de su nombre es incierto, pues parece que en origen era pallatium que debíamos traducirlo como Pazo y no Palacio que es lo que significa palas.

Hoy es un pueblo moderno que acoge con agrado al peregrino y le proporciona alojamiento en un céntrico albergue cerca de la iglesia y cerca del ayuntamiento.

Entre sus monumentos destaca la Iglesia de San Tirso de Ulloa con su bella portada románica y poco más.

Nosotros en nuestro andar inquieto encontramos una antigua ferretería de la que sus dueñas conservan la infraestructura, con rancios mostradores y anaqueles de madera y gran cantidad de objetos de los orígenes de la tienda: balanzas, molinos de café, etc.
La casa, centenaria, de piedra está muy bien conservada y es digna de figurar como museo etnográfico.
Sus dueñas: Margot, Esperanza y Chucha, bravas mujeres gallegas, cuyas vidas son propias de una novela y a las que desde aquí quiero rendir un homenaje por su valentía y nobleza.

Nos recibieron con mucho cariño y nos enseñaron hasta los rincones más íntimos de la casa (que solo enseñan a los muy amigos).

Pasamos con ellas un rato muy agradable y nos despedimos con pena, aunque prometimos volver pronto.

Alojamientos.

Aquí hemos parado Las dos últimas veces en el Hotel Casa Benilde, donde su dueña Pili siempre te recibe con simpatía y una amplia sonrisa.
El hotel es un poco más caro que los otros que hay en el pueblo, pero merece la pena por su calidad. Tfno. 982380717
En mi guía aparecen otros:

Hotel Vilariño. Tfno. 982380152.
Pensión Arcos. Tfno. 982380399
Pensión Monteroxan. Tfno. 982380132