sábado, 9 de octubre de 2010

CALLES Y PLAZAS DE MALAGA (II)

LOS ADORNOS CENTRALES DE LA PLAZA DE LA CONSTITUCION.





Desde su configuración un elemento importante ocupó la plaza.


Hasta 1533 estuvo la Picota, para escarnio de los malhechores.



Las picotas eran columnas de piedra más o menos ornamentadas, sobre las que se exponían los reos y las cabezas o cuerpos de los ajusticiados por la autoridad civil.

La pena de exhibición en la picota aparece ya legislada en el siglo XIII, en el libro de Las Partidas, de Alfonso X, considerándose la última de las penas leves a los delincuentes para su deshonra y castigo.

El Diccionario de la Real Academia nos define la Picota como "Rollo o columna de piedra o de fábrica, que había a la entrada de algunos lugares, donde se exponían públicamente las cabezas de los ajusticiados, o los reos.

El rollo era una "Columna de piedra, ordinariamente rematada por una cruz, que antiguamente era insignia de jurisdicción y que en muchos casos servía de picota".

La mayoría de picotas, fueron construidas durante los siglos XVI y XVII,

Un Decreto de las Cortes de Cádiz, de 26 de mayo de 1813, ordenó la demolición de todos los signos de vasallaje que hubiera en sus entradas, casas particulares, o cualesquiera otros sitios, puesto que los pueblos de la Nación Española no reconocen ni reconocerán jamás otro señorío que el de la Nación misma, y que su noble orgullo sufriría por tener a la vista un recuerdo continuo de humillación.

Al eliminar de la plaza las funciones de ejecución y castigo se trasladó la picota a la orilla del mar, sustituyéndose unos años más tarde por la fuente de Génova, obra de los siglos XVI o XVII.

Desde esa fecha y al igual que sucede normalmente en las plazas italianas, salvo algunos paréntesis, en esta de la Constitución ha existido siempre una fuente, que no ocupó el centro en todas las épocas, sino que se desplazaba hacia un lado con objeto de dejar amplio espacio libre para las funciones que en ella tenían lugar.

Primero fue la citada fuente de Génova o de Carlos V que después de recorrer otros emplazamientos de la ciudad ha vuelto a esta plaza.


En 1878, dentro de una remodelación realizada por el ingeniero José Mª Sancha, se instaló la Fuente de las Tres Gracias, que, traída desde Francia, se encuentra hoy en la Plaza de Torrijos.
 

En el siglo XIX, trasladada a la Alameda, se colocaron aquí diversos monumentos escultóricos y hasta una gran farola, que los malagueños por su aspecto apodaron: “El Sonajero” y que estuvo en la Plaza desde 1902 hasta 1959.





Tras la farola se colocó aquí la llamada Fuente de las Gitanillas, mandada hacer por el Ayuntamiento presidido por el Alcalde Francisco García Grana



Esta fuente fue proyectada en 1959 por los arquitectos municipales: Fernando Morilla y José Ortega, realizando el grupo escultórico de las tres malagueñas el escultor Adrián Risueño, al que ayudó Antonio Alastra;


se empleó piedra del Torcal de Antequera., utilizando piedra de Sierra de Elvira para las tazas y el basamento.

Y hoy nuevamente la Fuente de Génova, tras la reordenación de este espacio y de la calle de Larios, realizada en 2001 ha vuelto al lugar que ocupó originariamente.

La Fuente de Génova es una obra renacentista de mármol que se encargó para embellecer la Plaza Mayor.



Esta fuente también se ha denominado, de Carlos V, de don Juan de Austria ó de Neptuno y posee un hálito de leyenda en cuanto a su fábrica y su llegada a la ciudad de Málaga.

Así una de las leyendas pregonada por el padre Morejón en su Historia de las antigüedades de Málaga, hablaba que esta fuente, fue mandada hacer por Carlos V a maestros genoveses.

Cuando la obra se terminó, fue mandada para España, pero unos piratas capitaneados por Barbarroja, capturaron la nave.

Será un noble, don Bernardino de Mendoza, quien recupere la nave y trajo hasta el Puerto de Málaga los ricos botines que apresaron los piratas.

Por este hecho el emperador mando que una parte de la fuente quedara en tierras malagueñas, mientras que otra fuese a parar a la casa del Marques de Camarasa en la ciudad jiennense de Úbeda como regalo por los servicios prestados a la corona.

Otra leyenda sobre esta fuente, viene a decir que fue botín de guerra de don Juan de Austria en la batalla de Lepanto.

Sea lo que fuere está documentado que la fuente llegó en 1554, pues en junio de ese año se hace la traída de aguas desde la Puerta de Buenaventura a la Plaza “para la obra de la fuente que viene a la Plaza”, ……

A finales del mismo año ya estaba la fuente instalada en la plaza y se decide “hacer alrededor del pilar un borde de piedra do pase el agua para que se baya a recoger a la madre por el cabo de dentro para evitar el lodazal alrededor”….., ya que el agua se derramaba por la Plaza.

Se situaba, no en el centro de la misma, sino desplazada hacia un lado para no impedir los actos públicos que en ella se celebraban, como procesiones, fiestas y corridas de toros tal como se encuentra hoy.

En cuanto a sus características iconográficas vamos a verlas con ayuda de fotos y los datos que nos aporta la profesora, ya fallecida, Mª Dolores Aguilar en su artículo: MAR Y MITO EN LA FUENTE DE GENOVA.



Empezaremos de abajo a arriba.




El pilar es de doce lados, adornadas sus caras con acanaladuras de tipo jónico, y en los vértices colgantes imitando telas que penden de rosas de cuatro pétalos.

Estilísticamente este pilar es más neoclásico que renacentista, por lo que se supone que es obra del siglo XVIII, realizada quizá para sustituir otro pilar deteriorado por los traslados. Así aparece ya en los grabados que la sitúan en la alameda, adonde fue trasladada



La base de la fuente se adorna con un bajorrelieve que representa tres sirenas, cuyas colas bífidas se enlazan unas con otras, con alas de murciélago y unidas sus manos por coronas de flores.

Llevan el torso desnudo y cabellera suelta. Su modelado es de suaves curvas y delicado diseño, aunque sus rostros están muy perdidos. Están dentro del estilo cinquecentesco de la escultura italiana y sería una de las partes importadas de Génova.



El cuerpo siguiente del astil es una columna rematada en tres máscaras de medusa, en la que se apoyan de espaldas tres figuras femeninas de bulto redondo. Van parcialmente desnudas, apenas cubiertas por un paño que parece movido por el viento y cubierta levemente la cabeza por un lienzo ondulante.




Dos de ellas tienen una actitud más estática, mientras otra cruza su pierna derecha sobre la izquierda, en suave contraposto.

Entre sí se unen con guirnaldas de flores, y figuras de delfines aparecen sobre sus hombros mientras una de ellas lo sujeta con el brazo en alto. Parecen ofrecer un paso de danza, amable y cadencioso, que se acentúa en la redondez de su modelado y sus diferentes posturas.



Las cabezas de medusa son un motivo decorativo, personificando de manera simbólica las potencias divinas nefastas, el lado destructor de la naturaleza.

El grupo femenino ha sido interpretado como las Tres Gracias, pero la presencia de delfines, los más queridos animales marinos de Neptuno, artífices de la unión de éste con Anfitrite, nos inducen a pensar en seres marinos.

Pensamos que se trata de Ninfas, seres que presiden la reproducción y fecundidad de la naturaleza (Náyades, que son las ninfas de las fuentes y ríos; Dríadas, ninfas de los bosques; Oceánidas, de los océanos y Nereidas, ninfas de los mares interiores).

Todas ellas son seres benéficos, nodrizas de dioses-niños, como en el caso de Dionisos o Baco. Se asocian a animales marinos como delfines y tritones y su misión es servir de auxilio a los marineros y ayudarles en los peligros mediante juegos y danzas.




La primera taza de la fuente se realizó en Málaga en 1637 por el escultor José Micael Alfaro, así como el cuerpo escultórico que descansa sobre ella.

La taza tiene ocho mascarones por donde salen otros tantos caños de agua.



El tema del mascarón es muy corriente a finales del siglo XVI como difusión de lo imaginario y lo monstruoso; es algo equívoco y ambiguo, por lo que el Manierismo mostró predilección, seres que metamorfosean su rostro humano por una especie de caótica orgía animal.
El grupo escultórico de encima está formado por una figura bien identificable de Neptuno con tridente, que porta debajo del brazo izquierdo un delfín y apoya sus pies en otro delfín.



Se aprovecha su anatomía para colocar conductos de agua al igual que en las otras dos figuras, por lo que este equívoco de la naturaleza hace más difícil su identificación y su sexo.



En el documento de tasación, se habla de Neptuno y otras dos figuras sin identificarlas.


A la izquierda de Neptuno va el escudo de la ciudad de Málaga, portado por animal con cabeza de león y garras de ave de presa.

Al otro lado del escudo la figura que interpretamos de un joven, de pelo corto y rizado, con cabeza en violento escorzo, que firmemente anclado con sus piernas abiertas se apoya sobre sendos delfines. Va desnudo, y en su torso apenas se adivina una especie de cinta terciada. También lleva conductos de agua en su cuerpo.
A su izquierda, el escudo de la España imperial portado por águila bicéfala y en la corona de su remate posa su mano derecha la tercera figura con violento contraposto que apoya su pie en otro delfín. Ésta lleva el pelo largo y su actitud nos parece más bien femenina.




La factura de las tres figuras es seca y de volúmenes famélicos frente a la redondez del grupo inferior de las Nereidas, fruto del manierismo escultórico de su autor.


A su izquierda un escudo oval hoy vacío pero que en el documento de tasación se dice tenía unas letras y unos delfines.

Todo el conjunto semeja un mástil del que salen por arriba tres delfines que abrazan cada una de las figuras y cuatro delfines en la base sobre las que descansan sus pies.

Con todas las prevenciones que nos sugiere la visión de su equívoco sexo, pensamos se trata de Neptuno, Anfítrite (o Ino) y Portuno. Portuno es el dios griego Palemón, dios de los Puertos para los romanos, a quien se encomendaban los navegantes para retornar felizmente a su puerto.

Según Pausanias, teoría que recoge Cartari, Neptuno iba acompañado de su esposa Anfítrite y de su hijo Palemón, fanciulo, tirados por cuatro caballos marinos, simplificados aquí en cuatro delfines.
Sobre este cuerpo, una taza escamosa, añadida para que ganase altura, evocando el agua marina símbolo material de la vida y la maternidad. En bajorrelieve, se colocan escudos de España, de Málaga y un tercero muy perdido de formato castellano con símbolos heráldicos que parecen árboles.

El material es más oscuro, por lo que pensamos fue realizada en Málaga, al parecer por José Micael y Alfaro y no importada de Génova. También tiene seis soportes de bronce para conducto de agua.





Sobre ella se instala el remate formado por tres niños. Uno de ellos levanta sus ropas en actitud similar al pequeño de la Bacanal de Tiziano y está aislado.



Los otros dos enlazan sus manos en un objeto que identificamos como un racimo de uvas. Sobre sus hombros llevan delfines y se adosan a una columna central con tres volutas de cuyo remate salen chorros de agua por mascarones.






El remate lo constituye un águila que echa agua por el pico. Está muy deteriorada y su factura es torpe, por lo que pudo sustituir quizá al remate original hoy perdido.





De Génova, pues, proceden el grupo de sirenas, el grupo de nereidas y el grupo de dioses-niños y el remate, piezas de relativo tamaño que podían venir desarmadas y se ensamblaron en Málaga.

En el siglo XVII creció en altura y perdió su armonía primitiva en cuanto a tamaño. Sin embargo, la integración del cuerpo añadido en el siglo XVII es buena, ya que aparentemente no rompe la unidad.

Quiero recordar aquí que el manierismo fue un estilo que se desarrolló en Italia en el siglo XVI. Se caracteriza por el uso de modelos muy plásticos, figuras exageradas, a menudo con posturas forzadas, un irreal tratamiento del espacio, con frecuencia de efectos dramáticos, y una aparente elección arbitraria del color.

Supone el rechazo del equilibrio y la claridad del renacimiento en busca de composiciones más dramáticas y complejas, y el deseo de efectos más emotivos, de mayor movimiento y contraste.

En este aspecto puede considerarse un anticipó el barroco que se desarrollaría hacia el año 1600.

La iconografía de esta fuente, ninfas, Neptuno, niños con delfines, etc., de clara alusión marina, bien pudiera representar una alegoría del carácter marinero de Málaga.

Otro de los adornos recientes, ya desaparecido, que ocupo el lado oriental de la plaza fue una pequeña pirámide de piedra serpentina, erigida en 1981 para celebrar la Constitución Española de 1918, que servía de pie a la bandera española.




Con la reciente reforma de la Plaza se ha eliminado este elemento sustituyéndose el 6 de diciembre de 2004 por cinco planchas de bronce empotradas en el suelo, que reproducen en amplio formato las portadas del 7 de diciembre de 1978, de cinco periódicos, uno local, otro regional y tres nacionales (Sur El Correo de Andalucía, Diario 16, ABC y El País)- con la noticia de la promulgación de la Constitución Española, según diseño de Jesús de la Fuente Moreno.
































martes, 5 de octubre de 2010

CALLES Y PLAZAS DE MALAGA



LA PLAZA DE LA CONSTITUCION.

Quiero hoy reanudar mi trabajo en el blog, interrumpido, casi un año, por cuestiones técnicas.

Me gustará en esta ocasión informar de las plazas y calles de Málaga, profundizando en sus historias y caracteristicas. La parte documental la tomaré del Libro: Guia Histórico Artística de Málaga, dirigido por la profesora Rosario Camacho, que junto con un nutrido grupo de profesores han realizado un magnífico trabajo para el conocimiento de mi ciudad, que le agradezco desde estas páginas.

La Plaza de la Constitución, o simplemente la plaza, como siempre se le ha llamado, fue el corazón de la ciudad desde que los cristianos la convirtieron en Plaza Mayor y situaron en ella la mayor parte de los poderes civiles, siguiendo las costumbres castellanas.

Así pues, este espacio abierto ha sido desde finales del siglo XV hasta nuestros días el espacio público y político por excelencia de la ciudad, tal y como lo demuestran las distintas denominaciones que con este signo ha llevado: Pública, Mayor, de las Cuatro Calles, Real, de Isabel II, de la Constitución, de la República, del 14 del Abril y de José Antonio.

Puede decirse que todos los grandes acontecimientos políticos ocurridos en la España Moderna y Contemporánea han tenido acomodo en este espacio abierto.



     En el centro de la Plaza la farola que los malagueños llamaban "el Sonajero"

Configurada la plaza como un espacio publico, es necesario remontarse a la Edad Media para conocer sus orígenes.


       La llamada Fuente de las Tres Gracias presidiendo la Plaza 

Parece ser que durante esta época existió un espacio abierto e irregular, que era denominado como la Plaza de las Cuatro Calles (Compañia, Granada, Especerias y Santa Maria, todavía no existia la calle de Larios)), y no debía ir más allá de un ensanchamiento producido  por el encuentro de esas mismas calles, que quizá los musulmanes utilizarían como mercado o zoco.





La plaza propiamente dicha, con sus funciones lúdicas y políticas, no aparecerá sino con los cristianos y su disposición data de 1488, a imitación de las castellanas y de las italianas.

Cada uno de sus cuatro frentes va a estar ocupado por importantes entidades civiles y religiosas.

 
                  Aspecto del antiguo Ayuntamiento

 

Así, en el frente occidental estuvo situado el Ayuntamiento o Casa Capitular
    Aspecto que presenta en la actualidad la cara Oeste de la Plaza

Estuvo instalado primeramente en la Madraza, situada detrás de la Catedral en la calle del Postigo de los Abades. Se trasladaría aquí en la segunda mitad del siglo XVI, e integraba a la Audiencia y a las Escribanías Públicas




No obstante, las obras habían empezado en 1523 interviniendo diversos arquitectos, entre ellos Diego de Vergara, arquitecto de la Catedral, quien en 1548 diseñó los soportales de la Plaza por encargo del Cabildo de la Ciudad; el proyecto preveía la construcción de cuatro crujías porticadas con arcadas de piedra apoyadas sobre columnas de mármol que labraría el maestro Juan de Guillisasti, quien murió cuando sólo había realizado las correspondientes a dos crujías y aunque sus hijos se comprometieron a continuarla, la obra quedó detenida.

Por ello, en 1554, el Cabildo pidió nuevas trazas de los portales y Casa Capitular al arquitecto toledano Luis Machuca y un año más tarde la ejecución de albañilería de estas obras fue ganada por los maestros cordobeses Hernán Ruiz y Morales. No obstante, esta obra fue derribada en 1636 y se hizo de nuevo en la primera mitad del siglo XVII,, rehaciéndose en 1703. En 1774 fue reparado por los alarifes Francisco de Rojas y Diego de Rueda.

El Cabildo Municipal estuvo situado en este edificio hasta 1869 en que se trasladó al antiguo Convento de San Agustín, después de abandonar en estado ruinoso las hasta entonces Casas Capitulares, que fueron derribadas
En 1870 el arquitecto Jerónimo Cuervo proyectó el edificio central, (Plaza de la Constitución n" 6) compuesto por un piso bajo y entresuelo además de dos pisos para viviendas.

El aspecto actual de la fachada varía bastante del primitivo, ya que fue remodelada posteriormente por el arquitecto Daniel Rubio y también ha influido el diseño del escaparate del bajo comercial, defecto que se ha repetido en los otros frentes de la plaza.

El edificio con esquina a la Calle de Especerías que fue proyectado por el arquitecto Cirilo Salinas para don Antonio Ruiz, fue objeto a comienzos de 1990, de una rehabilitación y ampliación; esa ampliación ha integrado otro edificio colindante en el que se ha imitado el diseño de fachada del principal.


El frente septentrional de la plaza albergó hasta el siglo XX importantes edificios públicos, tales como la Casa del Corregidor. la Cárcel, la Audiencia y el Colegio de los Jesuitas.

Durante muchos años el Edificio Central fue la sede de la Confederación Hidrografica del Sur de España, actualmente instalada en el llamado Palacio de la Tinta en el Paseo de Reding.
Hoy lo ocupan distintas empresas privadas.

En el ángulo, y ya penetrando en la calle de la Compañía se levanta el antiguo Colegio e Iglesia de los Jesuitas cuya modificación se inició a raíz de la expulsión de los jesuitas en el año 1767.

En los años inmediatos la iglesia quedó como oratorio privado y el colegio, en gran parte vacío, ocupado solamente por unas escuelas de latinidad y primeras letras que habían sostenido los jesuitas.




Posteriormente, el Montepío de Socorro a los Cosecheros del Obispado de Málaga,  establecido por Real Orden de 1776, solicitó en 1780 parte del edificio de los jesuitas para instalar en él su sede y les fue concedido por Real Cédula de 1781.



Pronto comenzaron las obras de adaptación, que serían en la parte interior de la casa, centrada por un pequeño patio rodeado de un banco de piedra.

En uno de los lados del patio se instalo una fuente de mármol adosada al muro

con mascarón e inscripción de 1782.




La crujía correspondiente a la fachada era independiente y había sido construida en función de la plaza ya que constituye un ejemplo típico de edificio-balcón, definido por las balconadas seguidas y superpuestas que recorren su fachada rítmicamente, unido al carácter lúdico y representativo de la plaza.

Autos de fe, paradas procesionales, proclamaciones, corridas de toros, etc. se desarrollaban en la plaza.


La sede del Montepío se completó en ll82 al comprar esta institución un sitio portal de los que daban a la plaza, donde construyeron la portada.



Labrada en mármol gris con arco escarzano y columnas con capiteles de paños colgantes se remata sobre el entablamento con cestillos de frutas que flanquean el ático en el que un gran medallón reproduce la medalla acuñada en conmemoración de la fundación del Montepío y que ofrece una imagen simbólica de Málaga favorecida por el trabajo.




Ante un paisaje con los árboles del país (olivo, higuera, vid) y la nave que representa al comercio, se dispone una ninfa símbolo de la ciudad, ante la que se arrodilla un campesino junto a una cornucopia con frutos y la inscripción SOCORRE AL DILIGENTE; a su izquierda rechaza a otro de actitud abandonada, con la inscripción NIEGA AL PEREZOSO.




El diseño de esta portada responde al barroco clasicista y ha sido atribuida a José Martín de Aldehuela, quien intervendrá también en las obras de adaptación del interior.


La reja que da acceso al patio es un magnífico ejemplar de hierro forjado y cincelado rematado por el escudo de España entre leones tenantes, que puede relacionarse con la producción del maestro Luis Gómez, quien trabajó para la Catedral entre 1764 y 1789.

El Consulado del Mar, concedido a Málaga en 1785, recabó la fundación del Colegio de Náutica de San Telmo en 1786 

En este edificio, que fue declarado Monumento Arquitectónico Artístico en 1923, se instalaron otras muchas instituciones: la Sociedad Económica de Amigos del País en 1790, la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo en 1850, la Escuela de Bellas Artes a ésta aneja, el incipiente Museo de Bellas Ar1es, colegios y otros.

Desde 1961 la Sociedad Económica tiene su sede en este edificio y las dependencias posteriores las ocupa un Colegio.

La Fundación Unicaja subviene a las necesidades de aquella institución y a su promoción cultural, pero el edificio es también espacio expositivo de Unicaja, habiéndose instalado a ambos lados del recogido patio, dos salas de exposiciones, y en el piso superior, el antiguo Salón de Audiencias del Consulado funciona como Sala de Conferencias

Al lado del Colegio de los Jesuitas se situaba la Casa del Corregidor, que, con su torre era uno de los edificios más monumentales de la plaza en el siglo XVI, y lindaba con la Cárcel.
Ambos edificios hoy han desaparecido

Las dependencias de la Cárcel que se encontraban a continuación, llegaron, tras sucesivas ampliaciones, hasta la calle Real o de Granada.


Con la desamortización fueron también vendidas, en el siglo XIX, y sobre su solar surgió un bello edificio (Plaza de la Constitución nº 9) según proyecto de Jerónimo Cuervo, aunque se remodeló posteriormente al instalarse en él el Banco Español de Crédito.

En los bajos se encontraba el famoso Café de la Loba, del mismo arquitecto que, entre sus atractivos, presentaba una animada terraza.


      En el centro de la imagen el Pasaje de Heredia, hoy en obras

En este lado, y sobre el mismo solar de la Cárcel, se levantaron otras edificaciones decimonónicas y para darles luz y ventilación se construyó el Pasaje de Heredia, por el gran promotor del despegue industrial Málaga en el siglo XIX, Manuel Agustín Heredia, quien compró los solares resultantes del derribo de los edificios de la Cárcel y de la Capilla de Santa Lucía en 1835.

             Fachada Este engalanada

 En el costado oriental de la plaza se halla el Pasaje de Álvarez o de Chinitas, construido por iniciativa del empresario malagueño Antonio María Álvarez.


     Aspecto actual de la fachada Oriental y entrada al Pasaje de Chinitas

El segundo nombre de este pasaje proviene del famoso y popular Café de Chinitas, que estuvo aquí ubicado, y transcendió a la vída urbana haciendo olvidar su denominación primitiva.



El establecimiento fue inmortalizado por García Lorca, cuyos versos se recuerdan en un panel de cerámica: En el Café de Chinitas dijo Paquiro a su hermano soy más valiente que tú, más torero y más gitano.




Se trataba de un café-teatro a la vieja usanza andaluza, en el que se bebía y cantaba, sede y cátedra durante varios lustros del cante jondo y del baile flamenco; por su tablado pasaron entre otros Juan Breva, la Parrala, Chacón, Torre y la Niña de los Peines.

También en este pasaje estuvo el Café Munich, además de diversas tiendas y establecimientos comerciales.


Aún hoy en una de estas industrias artesanales tradicionales, la que regentaba el popular personaje Manuel Ocón, y hoy continúa su hijo, se afilan cuchillos, navajas y tijeras.


Pero con anterioridad, casi toda la manzana situada entre las Calles del Toril, Fresca, Santa María y la misma Plaza, estuvo ocupada por el Convento de las Agustinas, fundado en 1628, aunque no se documenta su instalación en este lugar hasta 1631;

la iglesia se construyó entre 1680-90 y Antonio Pons la describe como un edificio de planta centralizada que algunos han querido relacionar con un diseño de Alonso Cano, aunque no hay constancia de su autoría; pero los planos del siglo xvIII nos muestran una iglesia de planta longitudinal.
Como tantos conventos de Málaga también fue desamortizado y en septiembre de 1852 el maestro de obras Diego Clavero presentó un proyecto de urbanización, sobre el solar del convento derruido, con el pasaje en forma de cruz griega, eje ordenador de las nuevas casas de renta.

Las viviendas poseen tres pisos y los extremos principales de los brazos de la cruz, que coinciden con el eje perpendicular frente a la plaza, están cerrados por medio de arcos, que recuerdan los empleados por la arquitectura popular andaluza para sostener los sobrados y las algorfas.




Este intencionado tipismo andaluz se completa con los adornos de hierro forjado, los faroles de gas y la hasta hace poco existente bella fuente de azulejos, en su centro, que fue sustituida durante algún tiempo por la figura de una gitana con el cántaro de agua en un costado, que también se eliminó.
Entre las edificaciones destaca la que ocupó el citado Café de Chinitas que forma una de las fachadas curvas de esta placita y se articula alrededor de un patio circular, de los pocos que se conservan de esta tipología y aunque el edificio hoy es una tienda de tejidos ha conservado la estructura del patio.



El ingreso principal al pasaje desde la Plaza está compuesto con monumentalidad y parece conservar la noble portada de mármol de la iglesia del convento desaparecido, aprovechando también el frontis de la vivienda que se alzaba en esta zona y que después de la rehabilitación del edificio, en 2001, por la Oficina Municipal de Rehabilitación del Centro Histórico ha recuperado sus pinturas dieciochescas de ladrillo fingido y greca de acantos en la imposta principal, ostentando la fecha de 1734.




En el lado sur de la Plaza, frente a la torre de las Casas del Corregidor, se situaban algunas casas del Cabildo Eclesiástico que no pertenecían a su dotación sino que había obtenido por compras, por el deseo de tener edificio en la plaza pública para asistir a las funciones que aquí se desarrollaban responden a obras sucesivas, constando las realizadas en el siglo XVII por Miguel Meléndez y Clemente Ruiz.

En el siglo XIX fueron también desamortizadas, surgiendo sobre sus solares una serie de viviendas, entre 1835 y 1870, en las que intervinieron los arquitectos Trigueros y Salinas, aunque hoy aparecen transformadas;

Desde su configuración un elemento importante ocupó la plaza.

Hasta 1533 estuvo la Picota, para escarnio de los malhechores, pero al eliminar de la plaza las funciones de ejecución y castigo se trasladó este elemento a la orilla del mar, sustituyéndose unos años más tarde por la .fuente de Génova, obra de los siglos XVI o XVII.

De ella os contaré en un próximo capítulo, asi como de otras fuentes que en distintas época decoraron el Centro de la misma.